¿Hacer menos para lograr más? Es un sueño. Quién no quisiera trabajar menos horas y recibir más remuneración, o pasar menos tiempo haciendo una rutina y lucir siempre espléndidas. Esa es la lógica detrás de las rutinas minimalistas: comprar y adquirir solo los productos básicos y necesarios para tu tipo de piel y sus necesidades, no tratamientos genéricos. Se trata de realzar tu belleza.

 

Ten paciencia

Si alguna vez has ido a un dermatólogo, seguramente te dijeron que debes probar el producto más reciente y popular. ¿Por qué? Porque la piel es delicada y necesita tiempo para poder adaptarse a los ingredientes. Usar muchos productos al mismo tiempo podría ocasionar más daño. No quieres abrumar a tu piel. Es más, ciertos tipos de daños cutáneos pueden ser causados por el sobreuso de productos, o el uso de ingredientes inadecuados para ti. 

Rosácea, acné, piel con textura y poros tapados pueden ser ocasionados por muchos productos. Este ciclo de crear nuevos problemas mientras sanas los otros puede ser enloquecedor, dañino y perjudicial para tu piel y billetera. La base de todo esto es: tranquila, ten paciencia para entender lo que tu piel necesita para estar completamente sana. Los productos más nuevos del mercado no siempre son la solución.

 

Control de calidad

El elemento clave de una rutina minimalista es su efectividad y control de calidad. El producto debe de trabajar tal y como es publicitado. Para hacerlo las cantidades de los ingredientes tienen que haber sido mezcladas de manera adecuada. Por ejemplo: si estás utilizando un producto para hidratar la piel y retener la humedad, es mejor que el producto tenga los ingredientes necesarios en los niveles adecuados. Algo más o algo menos es puro relleno. 

Asegúrate que los productos que estás adquiriendo tienen los ingredientes que necesitas. Retinoides para las arrugas, ácido hialurónico para hidratación, vitamina C para las manchas, etc. Y asegúrate en sobremanera que los productos que estás comprando sean libres de ftalatos, parabenos y BHT.

 

Los cuatro pasos esenciales

Limpieza, tratamiento, hidratación y protección.

Debes aplicar el mismo principio en tus pestañas y cejas. Empieza utilizando un limpiador suave para remover todo el “día” de ellas, ya sabes, cualquier agresor medioambiental. Luego nutre e hidrata los vellos para que estos puedan mantenerse saludables y lucir perfectos. Igualmente importante, protege a tus pestañas y cejas de los agresores del ambiente con una poderosa fórmula antioxidante. Es aquí que RevitaLash y RevitaBrow se convierten en tus salvadores. Ambos productos necesarios y respaldados por la ciencia que acondicionan, hidratan y protegen en un solo paso… perfecciona tu rutina minimalista.

 

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